Patinazo para empezar: España cae en el último segundo

El equipo de Mondelo tuvo serios problemas en ataque ante la defensa de Bielorrusia

Los estrenos de los campeonatos no suelen ser sencillos. Menos todavía si los últimos días son tan convulsos como los que vivió la selección femenina con los positivos por coronavirus de Alba Torrens y Tamara Abalde. Si encima la puntería está desajustada, el asunto se pone muy complicado. Es lo que sucedió en el primer encuentro de España en el Eurobasket, saldado con derrota frente a una Bielorrusia muy física por 53-51. Para empezar, un patinazo.

El desenlace, además, fue cruel, con una canasta en el último segundo de Alexandria Bentley. La escolta se deshizo de la correosa defensa de Cristina Ouviña y se elevó desde cinco metros ante la defensa de María Conde para anotar. Fue una puñalada para la selección, que ve como, tras el primer partido del torneo, el liderato del grupo se ha complicado de repente y el choque de este viernes ante Suecia multiplica su importancia.

Leonor Rodriguez bota el balón entre las bielorrusas Volha Ziuzkova y Yuliya Rytsikava.

Bielorrusia se aprovechó de su superioridad física. Sus torres castigaron mucho, especialmente Maryia Papova, que acabó con 19 puntos y 13 rebotes. La pintura española fue el principal caladero donde pescaron las bielorrusas, que no necesitaron ni tiro exterior. Sólo anotaron un triple en toda la noche en 13 intentos y llegó pasados 33 minutos.

El seleccionado Lucas Mondelo intentó de todo para dar fluidez a su equipo. Usó casi siempre dos bases al mismo tiempo (Laia Palau-Ouviña y Silvia Domínguez-Maite Cazorla), jugó con quintetos pequeños o con dos torres como Laura Gil y Ndour. No funcionó nada y España pasó una noche tormentosa.

En un partido de escaso acierto, nadie tuvo más de seis puntos de ventaja (44-38). Cuatro llegó a tener la selección aprovechando uno de los pocos momentos en los que pudo correr: 25-29 poco después de descanso. Así el choque se condenó a un final apretado. Papova tiraba de Bielorrusia y la defensa de Gil y la sangre fría de Ouviña sostenían a España. Al borde del ataque de nervios de su equipo, la base igualó a 49 y después a 51 con ocho segundos por jugarse. Al final resolvió el canastón de Bentley. Un puñal.