El mensaje Guillamón, la nueva vida de Jason, la contundencia de Alderete...

Tras tres victorias en los tres primeros partidos de pretemporada, empiezan a aflorar las primeras reflexiones del nuevo Valencia.

El Valencia ya ha jugado tres partidos de pretemporada. Tres victorias consecutivas que le dan tranquilidad resultadista a Bordalás y dejan las primeras reflexiones. El equipo marca goles de forma sencilla, pero ha encajado cuatro tantos en tres partidos, un promedio que horroriza al nuevo técnico. Todo está enganchado con alfileres a la espera de que lleguen los jugadores que faltan y que se produzca alguna salida traumática, pero las primeras reflexiones son obvias.

El mensaje Guillamón

Hugo Guillamón es un central joven de calidad e internacional. Pero Bordalás lo ha puesto de titular en todos los partidos como mediocentro. No es que no se cea al chico como defensa, es que no tiene jugadores en un puesto que hay que reforzar de forma urgente. Ante el Cartagena llegó a poner como pareja de mediocentros a Guillamón junto a Diakhaby, para firmar la peor primera parte de la pretemporada. Bordalás no lo verbaliza públicamente, pero el mensaje está sobre el campo.

La nueva cara de Jason

Jason Remeseiro, tras dos años complicados en lo que no fue el que era, ha recuperado su nivel. En los tres partidos de pretemporada ha brillado y ha hecho dos goles. El chico es consciente de que tiene más fútbol del que ha mostrado y Bordalás lo conoce. Ha llegado físicamente inmejorable y se está haciendo hueco. Vuelve a mostrar, buen pie, pelea y gol.

La contundencia excesiva de Alderete

Está bien que el paraguayo vaya duro, pero debe controlar ese impulso o va a sufrir cuando arranque la competición. Es normal pedirle intensidad a un central y más con el cartel de equipos que suele montar Bordalás, pero si las patadas que ha dado en los amistosos las da en un partido oficial verá más de una roja. Debe adaptarse a la Liga para no hacer un Carboni.

Mamardashvili les abre la puerta

Cillessen lesionado. Jaume lesionado. Aparece Mamardashvili y les come la tostada. El chico, que ya había jugado Europa League mientras el Valencia luchaba por no descender, llegó con el cartel del filial. Falso. No puede jugar en quinta categoría con ese nivel. El holandés y el valenciano ya saben lo que les toca. El club quiere vender a uno de ellos para liberar masa salarial y la irrupción del Georgiano le ha venido de perlas.

Fuente: Marca